Candor ~ Pam Bachorz

→ Título: Candor

→ Autor: Pam Bachorz

→ Serie: Libro independiente
 → Idioma: Inglés

→ Editorial: Egmont Childrens Book

→ Páginas: 304

→ Enlaces: Web de Pam Bachorz

→ Sinopsis: Oscar Banks vive en la inmaculada ciudad de Candor. Hijo del alcalde, es guapo, inteligente y popular. Y sabe algo que no debería: sabe sobre los Mensajes que están ocultos en la música que suena por toda la ciudad. Pero Oscar sabe un modo de contrarrestar los Mensajes para mantenerse real. Hasta ahora, todo ha ido perfectamente. Sólo hay un problema: Nia Silva,  la nueva. ¿Qué arriesgará Oscar para mantener a la Nia que el ama antes que verla convertirse en una autómata de Candor?

Valoración

Bievenidos. Candor os abre las puertas sin ningún tipo de problema. ¿Vuestra antigua vida no era del todo "recta"? ¿Mal comportamiento antes de Candor? No os preocupéis, en Candor os enderezaréis. Aquí no hay violencia, no hay vandalismo, no existen las malas conductas. Da igual cómo fuerais antes; cambiaréis. 

En este idílico lugar vive Oscar Banks. Es el prototipo de chico perfecto de Candor, eso que buscan todos los padres que mandan a sus hijos allí: es extremadamente encantador, listo, aplicado, obediente, buen vecino y ciudadano,... ¿Puede ser esto real? No. Porque esto no es más que una fachada, una imagen a creado de sí mismo con mucho esfuerzo, para no ser descubierto por nadie: por sus fantásticos vecinos, ni por sus perfectos amigos,... y por su puesto, para no ser descubierto por su padre, el madamás, el cerebro detrás de Cador. 

Es mentiroso, vanidoso, egoísta. Una persona real, y no un muñeco prefabricado made in Candor. Y tiene un negocio bastante lucrativo: a cambio de dinero saca a los chicos de Candor, dándoles un camino hacia la libertad. Porque Candor lo controla todo; les lava el cerebro, metiéndoles en la cabeza mensajes para corregir su comportamiento. Un gracias saldrá estrangulado de tu boca, pero saldrá. Y Oscar lucha contra esos Mensajes con más Mensajes, creados por él. Y lo mismo hace con los chicos que le pagan.

Y así continuaría Oscar si no fuera porque un elemento no previsto entra en juego: Nia. Rebelde, sarcástica, cabezota, artista; lo contrario a los chicos de Candor. Ella llega, quebranta las normas, pinta graffitis naranjas en las paredes, y se adentra en el corazón de Oscar. Hasta tal punto, que tendrá que decidir si le cuenta la verdad sobre los mensajes, ya que, que la chica se fuera de la lengua, supondría una visita rápida y demoledora a cierta sala.

Es como si se hubiera convertido en un Mensaje, atascado en mi cabeza. Lo odio. Pero lo quiero. Simplemente existiendo, me está controlando. Esto tiene que ser arreglado.

 
Llevaba muchísimo tiempo queriendo leer este libro; tanto, que cuando lo vi en Inglaterra me lo tuve que llevar. ¿Ciencia-ficción juvenil? ¿Cómo decirle que no? Así que lo compré. Aunque mi portada no sea igual -pero a mi me gusta-


Aquí encontraréis una distopía no futurista. Como se dice, no es oro todo lo que reluce, y queda claro que Candor no es, ni de lejos, lo que  aparenta ser. Tenemos también la tiranía de un hombre que cree estar haciendo lo correcto, -¿cuándo no lo creen?-, y una historia familiar impactante. Si bien es cierto que tenemos un amor bastante rápido, gusta -y engancha-. La segunda parte es simplemente absorbente. No podrás soltar el libro. Como si hubiera un Mensaje que se ha instalado en tu cabeza y que te susurra sigue leyendo.

Los personajes están bien. Ya he mencionado a Oscar y a Nia, la pareja de protagonistas. Ambos geniales; dos notas discordantes en la perfectamente monótona sinfonía de Candor. Pero también tenemos al padre, ese tirano ya antes mencionado. El que creó Candor, los Mensajes y demás. ¿Por qué lo hizo? No hay demasiados secundarios -¿para qué? Lavado el cerebro, todos serían igual-, pero tengo que destacar a Mandy, la ex-novia de Oscar (en Candor las relaciones son diferentes; leedlo, y lo entenderéis), que bastantes sonrisas me ha arrancado, con su personalidad latente, pero imposible de apaciguar por los Mensajes.

Y una breve mención para el final. Bravo. Chapó. Cuando iba terminando el libro, y sabiendo que el libro no tiene continuación, creía que la autora flaquearía y que el final no estaría a la altura. Pero no. Pam Bachorz nos brinda un final genial, de los que me gustan a mi. Atípico, agridulce. Perfecto para el libro. Hacia tiempo que no me gustaba tanto el final de un libro.

Y, esperando poder degustar pronto algo nuevo de la autora, os doy (de nuevo) la bienvenida a Candor, para quien quiera, para quien sienta curiosidad. Aquí eres lo que escuchas.