No soy demasiado cinéfila; de vez en cuando, muy de vez en cuando, me siento a ver alguna película que me han recomendado. Las películas no suelen ser actuales, cuentan con unos años, pero no por ello se han de olvidar. Esta, Invictus, es del 2009; aunque no nos queda demasiado lejos, la historia que nos cuenta es muy antigua, y no habla de cosas que no nos son desconocidas.
Invictus nos cuenta la historia de Nelson Mandela (Morgan Freeman), el primer presidente de Sudáfrica. De como luchó por unificar un país dividido durante mucho tiempo por el aphartheid, el segregacionismo. Durante muchísimos años, la minoría blanca vivió a expensas de la negra, mayoritaria en Sudáfrica, aplastados, sin derechos. Cuando Mandela subió al poder, parecía que las cosas iban a cambiar: para los negros llegaba el momento de libertad, de tomar el control de su país, de su vida, de volver a tener los derechos que eran suyos; para los blancos, su subida al poder podría derivar en una revancha, en el pago por tantos años de aplastamiento sistemático.
Mandela fijó su atención en la selección sudafricana de rugby, los Springboks, quienes atravesaban una mala racha deportiva. Nadie creía en ellos, pero Mandela sí lo hizo. Y eso trastocó la mente de todos los sudafricanos: el rugby era e deporte de los blancos, y el fútbol el de los negros. ¿Mandela apoyando a una entidad que, para ellos, representa el apartheid? ¿Por qué?
Para cambiar la mentalidad de la gente. Sí. El presidente se unió con el capitán del equipo, François Pienaar (Matt Damon), juntos intentaron que el pueblo sudafricano se sintiera identificado con ese equipo, que se uniera y lo apoyara. Y para ello se pondrán una meta: ganar la Copa Mundial de Rugby, cuya final se jugará en el estadio Ellis Park de Johannesburgo. Difícil tarea.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto viendo una película. Una historia real, verdadera, ocurrida no hace demasiados años (la final fue en 1995). Una historia que te deja lo pelos de punta, que te conmueve, que te hace pensar. Ser consciente de la realidad. Pese a todo lo malo que pueden tener los deportes, toda la competitividad y todo lo que lo rodea, en este caso el deporte, el rugby, unificó y consolidó un país.
No voy a extenderme más, aunque me imagino que ya sabréis por dónde van los tiros. lo único mencionar un poema que aparece en la película y que hoy, después de haberlo oído en la película hace dos semanas, todavía no me he quitado de la cabeza. Se llama Invictus (de ahí el título). Es del escritor William Ernest Henley. Mandela tuvo el poema escrito en un papel durante los 27 años que estuvo en la cárcel, y le ayudó a sobrellevarlo. Os pongo la versión original, y después la que aparece en la película.
Original
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
Película
En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado;
ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado,
jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuán recto haya seguido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado;
ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado,
jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuán recto haya seguido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Increíble, ¿verdad?
La película está dirigida por Clint Eastwood, director al que le estoy cogiendo gusto (: Está basado en dos libros: Playing the Enemy: Nelson Mandela y The Game that Made a Nation.
Realmente, os recomiendo verla~
Vaya, y a mí que no me llamaba nada la atención xDDD
ResponderEliminarLa apunto en pendientes, entonces. Aparte de que, aunque esté basada en hechos reales, no conozco la historia original...
Un beso x)
no la he visto aun:(pero si me llama mucho la atencion¡¡
ResponderEliminarPues a mi no me llama la peli nada de nada xDDD
ResponderEliminarUn sbessooo
yo vi la peli porque me hicieron verla
ResponderEliminary resulto que me gusto mucho!!
besos
Pues la verdad que la vi hace bastante tiempo, pero recuerdo que me gustó ;D
ResponderEliminarBeoss.
El otro día vi una parte de la peli, que la estaban poniendo en Ono, pero no la vi entera, me quedé con las ganas...
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