The Giver I: El dador de recuerdos - Lois Lowry

Con la reseña de El Dador de Recuerdos traigo el aviso de un pequeño cambio. Al hacer las reseñas de otros libros que aún están como borradores (los que están sin link en la sección de reseñas) he decidido darles notas medias (4.5, 3.5,...). Ya he hecho los cambios en las demás.
Y ahora paso a la reseña:


Título: The Giver I: El dador de recuerdos

Autor: Lois Lowry

Editoria: Everest

Enlaces de interés: Página de Lois Lowry y Página de El Dador

Diciembre es el mes en el que se celebra la Ceremonia anual, en la que los Doce reciben sus determinadas funciones por el Comité de Ancianos. Pero Jonás, un niño que cumple doce años, ha sido elegido para algo muy especial. Cuando su selección le lleva ante el más honorable de los ancianos -el Dador-, Jonás comienza a darse cuenta de los secretos que subyacen bajo la frágil perfección de su mundo.







Valoración

El día de la Ceremonia, donde a los Doces se les asigna el trabajo que llevarán a cabo durante su vida, Jonás se siente nervioso. No sabe qué le depara el futuro. En la Comunidad todos tienen un papel, una labor que llevar a cabo que es decidida según sus capacidades e inclinaciones, después de años de observación. Todos tendrán un oficio (quizá Ingeniero, Criador, Paridora,...), podrán optar a formar una familia enviando una petición que el Consejo, quienes decidirán que persona es más afín a ti, y con el tiempo podrás solicitar un Nacido, un hijo o una hija.

Tiene que utilizar un lenguaje preciso para no caer en frases inválidas: nadie está "hambriento", ya que nadie pasa hambre en la comunidad. Hay que decir las palabras correctas porque, en el caso contrario, estaría mintiendo.

-¿Vosotros sentís amor por mí?
Hubo un momento de silencio violento. Después Papá soltó una risilla.
-¡Jonás! ¡Que tú salgas con eso! ¡Precisión de lenguaje, por favor!
-¿Qué quieres decir? -preguntó Jonás.
Hacer reír no era ni mucho menos lo que había previsto.
-Tu padre quiere decir que has usado una palabra muy generalizada, tan vacía de contenido que ya casi no se usa -explicó cuidadosamente su madre.
Jonás les miró sin pestañear. ¿Vacía de contenido? Jamás en su vida había sentido nada tan lleno de contenido como aquel recuerdo.
-Y ni que decir tiene que nuestra Comunidad no puede funcionar como es debido si no hablamos con precisión. Podrías preguntar: "¿Estáis a gusto conmigo?". La respuesta es: "Sí" -dijo su madre.
-O -sugirió su padre-: "¿Estáis orgullosos de lo que hago?". Y la respuesta es un "Sí" sin reservas.
-¿Comprendes por qué es insatisfactorio emplear una palabra como "amor"? -preguntó Mamá.
Jonás asintió.
-Sí, gracias, lo comprendo -respondió lentamente.
Era la primera vez que mentía a sus padres.

En una socidedad así, donde prima la Igualdad entre las personas sobre muchas cosas (demasiadas) y donde el futuro está dirigido, Jonás es elegido para hacerse cargo de uno de los trabajos más importantes en la Comunidad: será el nuevo Receptor de Recuerdos. El antiguo Receptor le tendrá que dar poco a poco los recuerdos atesorados, con mucho cuidado: porque, aunque algunos son maravillosos, otros le harán daño. Mucho daño.

Pero más daño sentirá al abrir los ojos. Al ver el mundo tal como realmente es, a darse cuenta de cuántas cosas le habían faltado durante todos esos años sin que se diera cuenta. Cuánto le habían arrebatado. Cuando comprenda el dolor del antiguo Dador, todas las mentiras que rodean lo que el siempre creyó verdadero. Y tendrá que decidir entre actuar o seguir con la vida como hasta entonces.

El dador de recuerdos es un libro que te hace reflexionar. ¿Merece la pena perder la posibilidad de elegir, tenga la importancia que tenga la elección, para que no haya conflictos? ¿Merece la pena que no existan las sorpresas, los imprevistos? ¿Merece la pena no saber qué es el amor, que son los colores, cómo es el tacto de la nieve? Una vida exenta del dolor, sin cambios. Una vida monótona, gris, lineal.

-¿Y qué pasaría si (...) él pudiera escoger? En vez de la Igualdad. -Que podría escoger mal. -¡Ah! -Jonás se quedó callado unos instantes-. Ya, ya veo lo que quiere decir (...). No nos atrevemos a dejar que la gente escoja. -¿No sería prudente? -sugirió el Dador. -Desde luego, no sería nada prudente -dijo Jonás con convicción-. ¿Y si se les dejara escoger a su cónyuge y escogieran mal? ¿O si -continuó, casi riéndose de semejante absurdo- escogieran su trabajo? -Asusta, ¿verdad? -dijo el Dador. Jonás rió entre dientes. -Asusta mucho. No me lo puedo ni imaginar. Es verdad que hay que proteger a la gente de la posibilidad de escoger mal. -Es más seguro. -Sí -reconoció Jonas-. Mucho más seguro. Pero cuando la conversación pasó a otras cosas Jonás se quedó, aún, con un sentimiento de frustración que no entendía.

Me gustan éste tipo de libros, en los que aparecen sociedades perfectas que realmente no lo son. Algo dentro de mí hierve ante la pasividad de las personas, ante la conformidad. En el caso de El Dador de Recuerdos, tanto la Comunidad como las reglas que siguen están muy bien perfiladas. Reglas incomprensibles, que la gente que ha olvidado la realidad sigue. La explicación de la liberación, impactante (el que lo haya leído me entiende).

La familia de Jonás me ha gustado tanto como él: el padre es Criador, con una gran responsabilidad sobre sus hombros; su madre forma parte de la Justicia, su hermana Lilly, tan tierna.

Por regla general comento que los finales son precipitados. Bien, éste también me lo ha parecido. Precipitado, pero bueno. Te deja un regusto extraño, amargo.

A este libro le siguen otros dos:
Libro II. En busca del Azul
Libro III. El mensajero.

En definitiva: un libro que te hace pensar en un futuro trsite y gris, una historia donde serás testigo de la decisión de Jonás sobre el futuro y la conformidad. Donde irás descubriendo, poco a poco y con asombro, los entresijos de una Comunidad aparentemente idílica y perfecta.