Una que viene...

Después de un mes y medio de ausencia, un mes y medio sin pisar mi casa, sin ver a mis amigos, sin tocar el ordenador, sin estirarme cuan larga soy en el sofá... Después de tanto (y tan poco) he vuelto.

He vuelto, revuelta y con sueño. He vuelto, con ganas de sentirme en casa. Con un montón de trabajo atrasado (en el blog y fuera de él) con demasiadas cosas que hacer y muy poco tiempo. Con ganas de otro buen lavad de cara (sí, otra vez. Ya lo avisé: este sitio no estará igual por demasiado tiempo). Con un montón de libros para reseñar y otros tantos pendientes, con un IMM en el que se notarán ausencias, ya que han venido cinco grandes imprevistos vistos de antemano que me han secuestrado unos cuantos amigos que se han venido conmigo desde Inglaterra.

Escribiré algo sobre mi estancia en Inglaterra. Ha sido un mes demasiado especial, demasiado inolvidable como para no hacer una mención de él. Un par de fotos, un montón de recuerdos. Y es que, un trozo de mi se ha quedado en Bournemouth, con todas las maravillosas personitas que he conocido, con todos los buenos momentos que he vivido.

Y antes de ponerme ñoña, recordar viejos y buenos momentos y dejar escapar alguna lagrimilla, me despido. Siento no haber comentado ni dado señales de vida en tanto tiempo. Pero prometo que, de ahora en adelante, estaré aquí.

Me despido deseando buenas noches a todos los bloggeros nocturnos. Servidora no puede con su alma, y a golpe de una umbrella muy especial se va a descansar, que falta le hace.